La tranquilidad y autenticidad que se respira en Sisal es un tesoro resguardado con gran recelo, tanto que sus propios pobladores se han opuesto al nombramiento de Pueblo Mágico, el cual recientemente le fue otorgado.
Basta recorrer 70 kilómetros desde Mérida, Yucatán, para darse cuenta de por qué quieren mantenerlo casi en secreto. Y evitar, con ello tal vez, la llegada de miles de turistas.
Pero la conjugación de escenarios maravillosos rodeados por dos reservas naturales, un apacible mar de aguas turquesas, así como un sorprendente arrecife de coral, y el encanto de un pueblo pesquero invocan de forma inevitable a los amantes del ecoturismo.
La relevancia de Sisal como un importante puerto en la época colonial lo hizo destacar en su momento, para luego resguardarse de los viajeros. Sin embargo, ahora es reconocido por ser una de las zonas de gran influencia biológica para el Caribe; que espera ser descubierto por los paseantes más aventureros.
Rodeados de manglares, ojos de agua y una abundante fauna que caracteriza la Reserva Estatal El Palmar, este Pueblo Mágico incita a cualquiera a tomar la mejor fotografía del mar. Para ello es recomendable subir al Faro – el cual data de 1850- ubicado en el fuerte conocido como el Castillo de la Emperatriz Carlota.
Otra actividad imperdible es visitar el Cenote El Palmar. Llegar ahí implica cambiar de embarcación y bordear la costa para atravesar la Ciénaga. Una vez en sus aguas cualquier travesía habrá valido la pena para descubrir esta belleza natural.
Sisal también ofrece la oportunidad de apreciar los flamencos en su habitad natural. Estos pintan de rosa el cielo al atardecer. Y aprovechar para hacer esnórquel en parques hundidos, de esta forma es posible descubrir un sinnúmero de especies marinas.
Cuando tanta actividad física le mande la señal al cuerpo que es momento de comer, la oferta gastronómica de este Pueblo Mágico se caracteriza por platillos elaborados con productos del mar. Es imposible irse de ahí sin probar el plato más típico el Tikin Xic, pescado preparado al estilo mesoamericano, así como algunas otras propuestas culinarias de mariscos.
Se dice que los paisajes de Sisal son tan impresionantes que en su momento dejaron pasmada a la Emperatriz Carlota y podría hacer lo mismo contigo.